El Evangelio de otra manera
En el siglo XI se desarrollaron movimientos espirituales disidentes, mientras la Iglesia católica crecía en poder y estructura. Así, las comunidades «cátaras» se desarrollaron por toda Europa occidental (Flandes, Borgoña, Champaña, Inglaterra, Italia, Alemania) con diversos nombres (piphles, publicanos, tejedores, patarins, bougres, albigeois).
Fue en la región occitana donde el catarismo experimentó su expansión más significativa. En toda la región, hombres y mujeres, simples simpatizantes, creyentes confirmados o abiertamente religiosos, se adhieren a esta concepción alternativa del cristianismo.
Su visión del mundo se basa en una interpretación diferente de los Evangelios. Según estos creyentes, el Bien y el Mal gobiernan el cielo y la tierra respectivamente. Se dice que Cristo es un espíritu puro enviado a la tierra por Dios para traer a los hombres el bautismo del Espíritu Santo: la consolación. Este bautismo lo dan los hombres buenos a los creyentes por imposición de manos y sólo a partir de los 13 o 14 años para que el creyente se comprometa con pleno conocimiento de causa y por convicción.