De Aragón a Francia
Propiedad del rey de Aragón, que hizo construir una modesta torre de vigilancia en el siglo XI, la finca pasó a ser posesión de los Lévis, señores de Île de France, vencedores en la cruzada contra los albigenses.
Fue remodelada y ampliada en una fortaleza con colosales torres, transformada después, a partir del siglo XVI, en una prestigiosa residencia. Finalmente, bajo la égida de Luisa de Roquelaure, magníficos jardines formales dieron al castillo una grandeza sin igual en los Pirineos.
Vendido a la cantera durante la Revolución Francesa, el lugar cuenta hoy con majestuosas ruinas. Catalogado como monumento histórico, conserva su trazado original y los cimientos de sus fortificaciones originales.
Durante los meses de verano, el castillo acoge eventos, mercados gastronómicos y espectáculos.