El día perfecto de esquí en familia

Escapada a los Monts d'Olmes

El área de deportes de invierno de Monts d’Olmes, en Ariège, es el lugar ideal para una escapada en familia. Entre esquí, deslizamiento y calor, viva la aventura invernal perfecta con los suyos en el corazón de esta encantadora estación a escala humana, que ofrece todas las comodidades. Deslícese por los 15 km de pistas nevadas con total seguridad, explore la zona con raquetas de nieve para disfrutar de unas vistas sublimes y comparta momentos de felicidad en un entorno de montaña excepcional. No busque más, en los Monts d’Olmes encontrará los mejores recuerdos en familia.

Enora cuenta...

Genial, ¡son las vacaciones de invierno! Me llamo Enora, tengo 11 años y vivo en Albi. Mi padre, mi primo y mis abuelos aprovechan esta época del año para organizar una excursión a la estación de esquí de Monts d'Olmes. Ya está todo listo y mañana temprano nos vamos a esquiar, a deslizarnos en trineo y a caminar con raquetas de nieve. ¿Te apuntas?

¡A las montañas!

A las 7 de la mañana, salimos de casa y nos dirigimos a los Montes de Olmes, en los Pirineos Cátaros. ¡Todos estamos muy contentos de pasar estos días esquiando juntos! Charlamos por la autopista y en menos de 2 horas estamos en el inicio de la subida a la estación. Ya hay nieve a los lados de la carretera y antes de ponernos en marcha, papá se detiene para poner cadenas a los neumáticos. Mi primo y yo aprovechamos para hacer nuestra primera guerra de bolas de nieve. Pronto nos llaman los mayores para que volvamos al coche e iniciemos la subida. La carretera está cubierta de nieve y Mamie y yo contenemos la respiración porque estamos tan impresionadas…

infórmese sobre el estado de las carreteras

Equiparse

Por fin llegamos al gran aparcamiento situado al pie del edificio de la estación y nos calzamos las botas après-ski para subir rápidamente los pocos escalones hasta el pie de las pistas. ¡Impresionante! Una vez en lo alto de las escaleras, vemos a los esquiadores bajar a toda velocidad por la ancha pista central. Dan ganas de unirse a ellos, pero antes hay que comprar el forfait en la taquilla y alquilar el equipo. Llevamos esquís, botas y casco para mi primo, papá y yo, y raquetas de nieve para los abuelos. Después de encontrar las tallas adecuadas para todos, ¡listos para disfrutar de la nieve!

Venta de entradas

Una clase de esquí sólo para nosotros

Son las 10 de la mañana y mi primo y yo vamos a reunirnos con la monitora de laescuela de esquí de Monts d’Olmes. Como Mamie quería que progresáramos, nos ofreció 2 horas de clase con un «profesor» que nos enseñó a frenar, deslizarnos e incluso hacer slalom entre los bastones. Esto tuvo lugar en una zona reservada a la escuela de esquí, al pie de la gran pista central. Nuestro instructor fue muy amable y se adaptó a nuestro nivel para explicarnos cómo esquiar correctamente. Una vez que nos sentimos seguros con los esquís, bajamos varias veces por una pista verde, ¡fue genial! Además, no tuvimos que hacer cola para el tira y afloja, ya que la escuela de esquí disponía de una zona especial, ¡así que no tuvimos que perder ni un minuto!

FSE Monts d'Olmes

Hambriento como un lobo

Y a las 12h llega la hora del descanso… ¡nos lo hemos ganado! Nos encontramos delante de la escuela de esquí y elegimos un restaurante de la estación para comer juntos. Me comí una buena raclette, ¡ñam! ¡Delicioso! Nos contamos nuestras hazañas durante la comida: papá sabe esquiar demasiado bien, así que aprovechó la mañana para lanzarse por algunas pistas difíciles. Mamie y Papi fueron a pasear con raquetas de nieve por las colinas de la estación. Hicieron unas fotos estupendas. Estamos sentados en la terraza, el sol brilla, ¡nos lo estamos pasando como nunca!

Los restaurantes

Macarrones con queso, pollo y champiñones al horno

Una tarde schuss

El descanso nos permitió recuperar fuerzas y nos dispusimos de nuevo a pasar una tarde ajetreada. Papi y Mamie decidieron volver a ponerse las raquetas para ir hasta el estanque de Fage Belle, mientras que papá, mi primo y yo cogimos el telesilla para explorar la zona de esquí y bajar por las pistas azules. Papá y yo incluso hicimos una pista roja.

Volvimos a reunirnos al final de la tarde para tomar un chocolate caliente y luego nos dirigimos al precioso chalet que habíamos alquilado para pasar la noche junto a las pistas. Fue un día estupendo y estamos deseando repetir mañana.