Alambre
en agujaA finales de la Edad Media, la industria textil se extendió por toda Francia. En Ariège, las ciudades de Foix y Laroque d’Olmes eran las principales productoras de tejidos de lana. La región de Olmes entró entonces en un periodo de letargo, y la región del Aude desarrolló este sector.
A principios del siglo XIX, los inicios de la mecanización cambian la situación y permiten la instalación de fábricas textiles en Laroque d’Olmes y Lavelanet. En esta época, la industria textil se desarrollaba en el Pays d’Olmes, pero seguía estando a la sombra de los grandes centros del norte de Francia.
A principios del siglo XX, los empresarios locales se especializaron en la producción de tejidos de lana cardada (lana desenredada libre de impurezas). Toda esta industria se desarrolló en torno a Lavelanet, con el hilado de la lana, el deshilado, el tejido y la industria de acabado.
La presencia de vías fluviales facilitó la instalación de fábricas, y los establecimientos florecieron principalmente a lo largo del Touyre, desde Montferrier hasta Laroque d’Olmes. El agua era fundamental para la industria, ya que proporcionaba la fuerza motriz para las máquinas y permitía el lavado de la lana, el teñido y algunos de los procesos de acabado.